Sequía en Europa deja a flote vestigios milenarios

En Alemania aparecieron las llamadas “piedras del hambre” a lo largo del Rin (imagen), las cuales tienen talladas fechas e iniciales de personas, y son recordatorio de otras sequías. Foto Afp

Madrid. Las semanas de sequía en toda Europa han hecho que el nivel de agua de los ríos y lagos descienda a pisos que pocos recuerdan, dejando al descubierto tesoros sumergidos durante mucho tiempo.

En España, que sufre su peor sequía en décadas, vio la luz un círculo de piedra prehistórico apodado el “Stonehenge español”, pero llamado oficialmente el Dolmen de Guadalperal, ubicado en el embalse de Valdecanas, en la provincia central de Cáceres.

La roca tallada fue descubierta por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier en 1926, pero la zona fue inundada en 1963 por un proyecto de desarrollo rural de la dictadura de Francisco Franco.

En Alemania reaparecieron las llamadas “piedras del hambre” a lo largo del río Rhin, el más grande del país. Estas piedras tienen talladas fechas e iniciales de personas, y son un recordatorio de antiguas sequías.

Las fechas visibles en las piedras de Worms, al sur de Fráncfort, y de Rheindorf, cerca de Leverkusen, incluyen los años 1947, 1959, 2003 y 2018.

El nivel de agua del río Danubio –que atraviesa o toca en total 10 países: Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungía, Bulgaria, Croacia, Serbia, Rumania, Moldavia y Ucrania– cayó por debajo de los restos de más de 20 buques de guerra alemanes hundidos durante la Segunda Guerra Mundial cerca de la ciudad portuaria serbia de Prahovo.

Los navíos fueron algunos de los cientos hundidos a lo largo del Danubio por la flota de la Alemania nazi en el mar Negro en 1944, mientras huía del avance de las fuerzas soviéticas, y todavía dificultan el tráfico fluvial cuando el nivel de agua es bajo.

En Italia, unas 3 mil personas tuvieron que ser evacuadas de la localidad de Borgo Virgilio para que expertos desactivaran una bomba de la Segunda Guerra Mundial de 450 kilos, de fabricación estadunidense, en el lecho del río Po al descender drásticamente su caudal.

En China, el descenso de las aguas del río Yangtsé mostró una isla sumergida en la ciudad sudoccidental china de Chongqing y tres estatuas budistas de las dinastías Ming y Quing que se cree que tienen unos 600 años de antigüedad.

El nivel de agua del Yangtsé, el más ancho de China, ha descendido rápidamente debido a la sequía y a la ola de calor. Las precipitaciones en la cuenca del Yangtsé han sido 45 por ciento inferiores a lo normal desde julio, y la previsión de expertos es que las altas temperaturas persistan al menos una semana.

Hasta 66 ríos en 34 condados de Chongqing se han secado a causa de la canícula que también ha marchitado cosechas y dejado al borde de la ruina a agricultores en numerosas zonas de China.

Se vaticinan altas temperaturas sin lluvia por lo menos los próximos tres días para las provincias Jiangsu y Anhui al noroeste de Shanghái, hasta las de Chongqing y Sichuan al este de Tibet.

Las autoridades locales han recibido instrucciones de “usar todas las fuentes de agua disponibles” a fin de surtir a las viviendas y a los animales de cría, expresó la agencia climática. El peor impacto lo sufre Sichuan, donde varias fábricas cerraron y oficinas y centros comerciales han tenido que apagar el aire acondicionado luego que los embalses de agua que alimentan a las plantas eléctricas cayeron a la mitad de los usuales.

La provincia de 94 millones de habitantes obtiene 80 por ciento de su electricidad de las represas hidroeléctricas.

Los vecinos de Bejís, en la región valenciana de Castellón, España, regresaron ayer a sus hogares, tras un incendio forestal que dejó al municipio en una situación que pobladores describieron como “desoladora” y “horrorosa”.

La alcaldesa de Bejís, María José Madrid, manifestó alegrarse de que el peligro pasó y los vecinos pueden volver a sus hogares, pero “también hay lágrimas porque el paisaje es dantesco”, manifestó.

Entre otras dificultades, el municipio todavía no tiene agua potable, dado que la Consejería de Sanidad tiene que valorar si el líquido disponible es apto para el consumo tras el incendio.

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