Presa Libertad, ilegal y un fraude hídrico
Por Raúl A. Rubio Cano
A raíz de haberse desechado el proyecto Monterrey VI, el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón aceptaría del Fondo del Agua Metropolitano de Monterrey (organismo conformado a la hechura del Consejo Nuevo León y que éste, aglutina al grupo de los 10 consorcios empresariales más fuertes en la entidad), la propuesta del Plan Hídrico para los años 2020-2030 que permitiera afrontar el abasto del vital líquido en la metropolitana Ciudad de Monterrey. La obra hídrica cumbre de ese plan sería la construcción de la Presa Libertad en los límites de los municipios de Montemorelos y Linares y que se utilizaría para ello, las aguas del Río Potosí, para poder dotar de 1.6 Metros por segundo (ahora se habla de dos) del vital líquido y traer esa agua desde más de cien kilómetros de distancia de Monterrey.
La construcción se desarrolló desde el años 2019 y no ha dejado de ser un verdadero problema por muy diversas situaciones, como ha sido el caso de que se estimó para su arranque con un monto de 5 mil millones de pesos, donde la mitad sería brindad por el gobierno del estado de Nuevo León y el resto lo aportaría la Federación. Así, con un crédito autorizado por el Congreso del Estado se arrancaron las obras y el día de ayer, el presidente AMLO ofreció aportar 2, 183 millones de pesos en este año y el próximo año, serán 584 millones de pesos para dicha obra; sin embargo, es una obra que viene arrastrando dos agravantes para su legal construcción, en primer lugar no se consultó la opinión de los campesinos de la zona, lo que en segundo término, ha generado dos amparos que a la fecha están pendientes por resolverse y las obras no deberían haberse iniciado, sino hasta resolver el conflicto jurídico, de lo contrario se incurre en ilegalidades y respectivas sanciones.
Otro aspecto, es que para estudiosos del agua en la entidad, ven actualmente como una inversión inútil construir esa infraestructura hídrica, ya que comparando a esta con otra presa que le es paralela a la Libertad, como es la presa Cerro Prieto, resulta que ésta última prácticamente se ha secado ante el azote de la sequía, sin importar que depende de tres ríos: El Pablillo, Hualauises y Camacho. Una realidad geográfica común comparte Libertad y Cerro Prieto, pero en el caso del abasto de la persa Libertad, la situación será mucho más difícil para acumular agua ante el hecho de que ésta sólo dependerá del río Potosí y que, actualmente también, éste río, sufre el embate de la sequía del noreste mexicano.
Igualmente, otro cuestionamiento de los últimos años es que en materia de pozos someros y profundos para ubicar en la misma área metropolitana se podría dotar de mucha más agua que la que ofrecería la presa Libertad, como fue el caso de las obras de la Línea tres del Metro que por dos años y medio generaron dos metros cúbicos por segundo en la calle Padre Mier del Barrio Antiguo de Monterrey y, a una profundidad promedio de 8 metros. Por lo tanto, para estudiosos serios y con estudios internacionales sobre el caso del abasto hídrico en Monterrey, consideran a esta obra como un verdadero “fraude hídrico” iniciado por el gobierno de Jaime Rodríguez, EL Bronco y hoy, continuado por el gobierno de Samuel García e implementado bajo la sombra del Consejo Nuevo León y por el mal asesoramiento al presidente AMLO, sobre la real situación del proyecto presa Libertad.