Ante la maldad Imperialista del Covid-19…desarrollar el Humanismo Real…

RAÚL A. RUBIO CANO
Antier partió al Olimpo de los héroes de la Humanidad, Alejandro Nadal, desde allí seguirá orientando las luchas por un mundo más justo y digno para todos y, para la Naturaleza. Arrancamos: “No hay mal que por bien no venga”, dice el viejo dicho popular, y esto lo cito ante el hecho de que la Pandemia del Covid-19 que estamos viviendo, su destrucción de población y sus altos impactos a la economía mundial que nos va llevando a una inevitable recesión, está obligando también, a un replanteamiento existencial del modo de producción Capitalista, que la Humanidad había estado llevando en los últimos siglos y no se diga, en su voracidad atroz sobre Hombres y Naturaleza en las últimas décadas, régimen llamado: Neoliberalismo. Ante el mal de todo ello, tenemos el que se aviva la actitud nacionalista y humana, de varios países que desde el siglo pasado por su manera centralista de Estado y poder popular, para buscar salir del Capitalismo, fueron dejando una visión muy diferente a la gran voracidad de los países imperialistas. El Covid-19, pone en evidencia el resurgimiento del “Internacionalismo Proletario” que nos trajo la Revolución Rusa a principio del siglo XX. Esa visión de lucha de los trabajadores, emanada por primera vez desde la Comuna de París (1871), brindó al mundo una prueba de que era posible que los proletarios tomaran el poder político y construyeran una nueva sociedad ante la que los capitalistas venían sosteniendo, para explotar a trabajadores y Naturaleza. Una semilla insurgente, en la práctica, fue la Comuna de París; pero que décadas atrás, dos jóvenes veinteañeros, Carlos Marx y Federico Engels, ya había ido estudiando y encontrando la razón de ser de lo que implicaría la nueva sociedad donde se eliminaría la explotación del hombre por el hombre y su impacto nocivo sobre la Madre Naturaleza. Dos textos son claves en tales cuestionamientos de estos inquietos jóvenes: Los Manuscritos Filosóficos Económicos y Los Cuadernos de París, ambos, en el años de 1844. La pluma de Marx es épica y desde la crítica a la Filosofía Hegeliana y retomando las críticas de Engels, a las categoría económicas de su tiempo, pone en evidencia que, tanto sufre el obrero por recibir menos valor por su trabajo, como también el empresario por recibir de más, ambos son dos personas en desgracia que los lleva a situaciones de grave existencia física y mental; por ello. viven en una vida inhumana y de lo que hay qué hacer, es pasar de ese mundo enajenado, a un mundo real que construya una sociedad donde impere un humanismo real, nada subjetivo, como lo manejaba Hegel en su filosofía, lo cual obliga al hombre a pasar de la prehistoria (el Capitalismo sería el último eslabón de ello, un gran periodo donde impera la propiedad privada de los medios de producción), a realmente hacer historia, con conciencia objetiva y donde, las ciencias serían una gran herramienta en esa transformación de la Humanidad. Décadas después, en su obra central, El Capital, Marx hablará del “Fetichismo de las mercancías”, de una sociedad basada en relaciones sociales de cosas y relaciones materiales entre personas, que es la sociedad capitalista y, la lucha por invertir esa realidad (relaciones sociales entre personas y relaciones de cosas entre cosas) Marx, lo venía planteando desde 1844, lo justificaría científicamente con el descubrimiento de la Teoría de la Plusvalía (Grundrisse 1857-1858) y vería que ello era posible con la Comuna de París, en 1871. Nuevas Revoluciones como la Rusa, China o el caso de la Revolución Cubana, mostraron grandes transformaciones para buscar acabar con el capitalismo y aunque esa relación Trabajo asalariado-Capital, perdura aún en esas experiencias, sin embargo, hay elementos en su devenir como sociedades “socialistas”, de la crítica filosófica de Marx a Hegel, como es el de buscar construir el Humanismo Real, lo que pone en jaque mate al sistema Capitalista, a su maldad destructiva de Hombres y Naturaleza, a su mezquindad existencial y a su imposibilidad estructural por construir un verdadero Humanismo. Por lo tanto, será sobre todo, en la experiencia de la Revolución Cubana (enriquecida y potenciada con el profundo amor del Che Guevara), la que a pesar de sus 60 años de bloqueo por el Yankee, Cuba, ha sabido ser una potencia mundial en Salud Pública y está al frente, con su ayuda en las grandes catástrofes de la Humanidad. Hoy, su atención a China con sus medicamentos y sus médicos, ante la mencionada Pandemia, demuestra que eso es hacer -practicar en los hechos-, Humanismo Real, socialismo real y ha desatado la fraternidad planetaria, fundamentalmente, desde los países que hoy van buscando un mundo que entierre las mezquindades del Capital. Nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, no se queda ajeno a esta efervescencia humana ante la Pandemia del Covid-19, ya que de frente al conflicto con el Salvador, por manejo de personas contaminadas con el virus, señaló en La Mañanera de antier: “Sí están infectados, aquí los cuidamos, sean del país que sean; es fraternidad universal…es un derecho del ser humano ser atendido en cualquier parte del mundo”. Ayer, el analista geopolítico Alfredo Jalife-Rahme, señalaba en La Jornada (18/3/2020): “la ‘Nueva Era post-Covid-19’ será nacionalista humanista o no lo será”. La Pandemia del Covid-19 está despertando una fraternidad inigualable, jamás vista y, será la base de un nuevo mundo. Si el Imperialismo buscaba destruir buena parte de la Humanidad, con esa guerra bacteriológica y esconder su barbarie de economía ficción con la recesión económica que viene, lo que ya ha desatado también, es una gran Revolución mundial por construir un Humanismo Real ¡Órale! raurubio@gmail.com

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