Trump redobla su ataque racista a congresistas demócratas

Nueva York, 30 Jul. 2019.-  Donald Trump redobló hoy su asombroso ataque racista contra cuatro representantes federales demócratas, acusándolas que “odian a América” con lo cual incrementó la preocupación sobre los peligros y amenazas al país de lo que ya no pocos llaman -incluyendo a una de las legisladoras atacadas- un “nacionalista blanco” en la Casa Blanca.

Después de ser acusado de racismo y xenofobia por el liderazgo demócrata, comentaristas, editorialistas, defensores de derechos civiles y otros, por comentar el domingo que representantes demócratas progresistas deberían de “regresarse” a sus países y dejar de criticar al gobierno de este “grandioso” país (tres de las cuatro a las que se refería nacieron en este país, todas son obviamente ciudadanas), Trump, en lugar de guardar silencio, redobló este lunes el ataque.

En tuits esta mañana acusó que ellas eran las verdaderas racistas, advirtiendo que los demócratas pagarán el precio electoral sí “quieren unirse en torno del lenguaje malo y el odio racista” de estas legisladoras.

Agregó poco después que son las “diputadas de izquierda radical” a quienes atacó las que deberían de disculparse, incluso con él. “¿Cuándo ofrecerán disculpas a nuestro país, al pueblo de Israel y hasta a la Oficina del presidente, por las malas palabras que han usado, y las cosas horribles que han dicho. Tanta gente está enfurecida con ellas y sus acciones horribles y asquerosas?”.

Más tarde, fue aún mas lejos:“Esas (las cuatro legisladoras) son gente que, en mi opinión, odian a nuestro país”, reiteró el presidente, y se enfocó en una en particular, la representante Ilhan Omar, acusándola de odiar a Israel y expresando su “amor” por “enemigos como Al Qaeda”.

Poco después declaró, en comentarios con medios en la Casa Blanca, que las criticas de que sus comentarios del domingo eran racistas “no me preocupan porque mucha gente está de acuerdo conmigo, de hecho a mucha gente le encantan…, y todo lo que estoy diciendo es, si se quieren largar, pueden largarse”. Luego, subrayó: “si no están contentas en Estados Unidos, si solo se quejan todo el tiempo, muy sencillamente pueden irse, pueden irse ahora mismo”.

La cúpula demócrata repudió los ataques contra algunas de las principales voces disidentes dentro de ese partido; la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi anunció una resolución legislativa para reprobar formalmente las declaraciones, a las cuales, escribió a su bancada mayoritaria, “fueron aún más allá de sus propios niveles ya bajos usando lenguaje ignominioso contra miembros del Congreso.

Por su parte, las cuatro legisladoras -todas novatas pero ahora entre las políticas de mayor perfil nacional- realizaron una conferencia de prensa conjunta en el Capitolio, donde acusaron que los ataques del presidente eran parte de su estrategia política. “No le gustaría nada más que dividir a nuestro país con base de raza, religión, género, orientación o calidad migratoria, porque es la única manera que sabe para prevenir la solidaridad entre nosotros”, afirmó la representante Ilhan Omar, de Minnesota, y la única que migró a este país (de Somalia a los 12 años). Su colega Alexandra Ocasio Cortez de Nueva York insistió en que el mensaje a todos es que “no importa que diga el presidente, este país te pertenece”. Las otras dos -Rashida Tlaib nacida aquí de padres palestinos- y Ayanna Pressley, afroestadunidense, hicieron eco de esto, insistiendo en que ellas están presentes para representar a los que las eligieron con una agenda de cambio.

Junto con el anuncio de las redadas masivas de familias indocumentadas, intentos para anular el derecho al asilo y más, estos ataques públicos contra representantes electos fueron considerados por muchos como preludios de lo que será la campaña para la reelección de Trump entre ahora y noviembre de 2020.

“Cuando el presidente Trump ataca a personas de color para promover sus agenda racista y fascista, tenemos el deber de llamarlo lo que es. El presidente está intentando destruir la diversidad de nuestro país. Mantener el silencio es ser cómplice en las políticas de intolerancia, división y odio del presidente”, declaró el veterano representante demócrata Raúl Grijalva.

El senador y candidato presidencial Bernie Sanders afirmó: “he dicho desde siempre que este presidente es un racista y un xenófobo, y ahora está comprobando el punto una vez más al girar su odio contra estas tres miembros del Congreso”.

Pero por su parte, casi todo republicano guardó silencio ante los ataques racistas y xenófobos del presidente, evadiendo responder a reporteros con unos cuantos atreviéndose a indicar que era desafortunado el lenguaje del presidente. El senador Lindsey Graham, quien por un tiempo mantuvo distancia pero ahora es amigo del mandatario (jugaron golf este fin de semana), mientras aconsejó que el Trump debería de “mirar más alto” en un país diverso, no aguantó calificar a las cuatro legisladoras como “comunistas” y “antisemitas”.

Estas representantes, junto con otras colegas y legisladores progresistas veteranos (Sanders es el de mayor perfil) se identifican como “socialistas democráticos” y/o “progresistas”. Más aún, están entre los críticos más feroces de las políticas de intervención y también han sido vocales contra gobiernos derechistas de varios países, incluyendo Israel.

Trump y sus asesores no han ocultado que continuarán usando a los inmigrantes y las divisiones raciales para sus fines electorales como en 2016, pero que para la reelección combinaron eso con una táctica antigua de la guerra fría y resucitar el fantasma del “socialismo”.

Esta noche, Trump tuiteó que los demócratas estaban intentando distanciarse de lo que llama las “cuatro ‘progresistas’, pero ahora han sido obligados a abrazarlas, “¡Eso implica que están endosando al Socialismo, el odio a Israel y de EUA! No es bueno para los demócratas”.

Bienvenidos a la campaña de reelección de Trump. No será bonito.

 

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