Homosexuales y lenones, son quienes regentean prostíbulos donde explotan, martirizan y destruyen cuerpos y almas de niñas y adolescentes, hombres y mujeres

Feministas de pacotilla, la próxima vez que salgan a apoyar a los homosexuales en sus desfiles, a adorarlos como mártires, a vitorearlos como héroes, paren las orejas. Quizá así podrán escuchar los gimoteos de dolor, y los llantos de rabia de las niñas-esclavas, sobre los gemidos de placer de los exterminadores de sus cuerpos, pero sobre todo, de sus almas.
El fenómeno “Aristemo”, toma fuerza con el patrocinio de Juan Osorio, que se siente orgulloso de su “Frankenstein sexual”. Sin duda, influirán en los inseguros, los desorientados, y los incautos. ¡Pobre México! ¿Qué nos espera? Ojo padres de familia, ahora, más que nunca, vigilen lo que ven sus hijos en la televisión..
Texto tomado de Monitor Político
Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
“Con Ojos y Oídos de Niño. Prostitución y Homosexualidad, una Trenza Indestrenzable. No soy moralista, ni pacato, ni mocho, o de doble moral, ni nada que se le parezca. Hago distinciones entre afeminados, feminoides y homosexuales masculinos. A los dos primeros, los aborrezco y me tuercen las tripas sus modales, son patéticos, lastimosos, pseudo-cómicos, risibles, y despreciables. La televisión local, está infestada, e invadida por ellos. A los terceros, o sea, los homosexuales masculinos, les concedo el lugar que la Ley les otorga, y respeto sus derechos, por obligación ciudadana, pero no me trago la píldora de que así nacieron. No sean mamones, así decidieron ser libremente, y por diferentes circunstancias y experiencias de crianza y de su vida sexual y amorosa, en la que hay una cadena de errores y actos fallidos. Que los deformaron en su identidad sexual, tomando decisiones que no siempre los tranquilizaron, como lo esperaban. Creando torbellinos emocionales más fuertes y destructivos, que aquellos de los que deseaban escapar. Nadie nace así, lo digo como profesional de la conducta humana. Pero cuando veo que muchos prostíbulos, en los que explotan, envejecen y destruyen a niñas inocentes, esclavizadas, que son regenteados por ellos, pierdo todo respeto por sus demandas, y me burlo de su ridículo desfile del Orgullo Gay. Ya he invitado a las feministas para que las defiendan, a ir a cerrar esos antros. En los que proxenetas de todas las edades, se dedican a corromper a mujeres que podrían ser sus madres, hermanas o hijas. Alcahuetes profesionales, y lenones, con un nivel moral de un sicario o un pozolero, que disuelve a sus víctimas en ácido, pero que surten de carne humana a una clientela de impotentes sexuales. Incapaces por sí mismos, de conquistar el amor, el afecto y el respeto de una mujer. Que necesitan que alguien les haga el trabajo de relaciones públicas, en privado. Aquí, en nuestra orgullosa ciudad de Monterrey, la Sultana del Norte, la Metrópoli del Desierto, la Capital Industrial del país, los más famosos prostíbulos eran administrados por homosexuales hombres que lo mismo conseguían niñas y jovencitas, que adolescentes, y hombrecitos en la flor de la edad. Para el uso y consumo de una clientela disfuncional de perversos, pervertidos y perturbados, de ambos sexos, y doble moral. Todos conocemos sus nombres, que prefiero no mencionar. Sus lupanares se localizaban en las áreas industriales de la ciudad, a ojos vistos, ciencia y paciencia de las autoridades, y el consentimiento y protección, de gente importante y jefes policiales. Sus clientes eran desde altos ejecutivos, hasta jefes de recursos humanos, que en muchas ocasiones se apoyaban en ellos, para obtener ganancias secundarias laborales, para sus empresas. Por eso asevero que son una indestranzable trenza, tienen una relación simbiótica, de dependencia mutua. Se rascan las espaldas y se las protegen entre ellos. Espero que nadie se ofenda por mis opiniones y puntos de vista. Solo deseo darle congruencia a las posturas de los mojigatos, que tapan el Sol con un dedo y con los otros se rascan ya saben dónde. Reconozco que la prostitución ya existía en la Edad de Piedra, hace más de 30,000 años. Hay evidencias pictóricas, y del arte rupestre claras, en Atapuerca, España. Las mujeres intercambiaban y entregaban sus cuerpos por comida, seguridad, y protección del Macho Alfa para ellas y sus críos. Lo mismo pasaba con la homosexualidad en ambos sexos. Parece que nada ha cambiado en ese largo período. Pero esa antigüedad, no es justificante para mantener un Status Quo que denigra a una sociedad, que presume, y se siente orgullosa de haberse elevado intelectual y moralmente, sobre aquellos lejanos homínidos, a los que ve con desdén. Así que, feministas de pacotilla, la próxima vez que salgan a apoyar a los homosexuales en sus desfiles, a adorarlos como mártires, a vitorearlos como héroes, paren las orejas. Quizá así podrán escuchar los gimoteos de dolor, y los llantos de rabia de las niñas-esclavas, sobre los gemidos de placer de los exterminadores de sus cuerpos, pero sobre todo, de sus almas. Escucharán también el sonido de las 30 monedas, cobradas por esos homosexuales a sus clientes. Adenda telenovelera; Hay 5 telenoverlas, que promocionan y difunden la homosexualidad como un estilo de vida místico. El fenómeno “Aristemo”, toma fuerza con el patrocinio de Juan Osorio, que se siente orgulloso de su “Frankenstein sexual”. Sin duda, influirán en los inseguros, los desorientados, y los incautos. ¡Pobre México! ¿Qué nos espera? Ojo padres de familia, ahora, más que nunca, vigilen lo que ven sus hijos en la televisión. unodioscuros@hotmail.com

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