El reciclaje en México: Una historia de éxito
El consumo de agua embotellada se incrementó en los hogares mexicanos en un 76.3 por ciento a partir de 2017, y con la sequía de los últimos años, se espera que ese crecimiento sea mayor, todo lo cual ha beneficiado el reciclaje de envases PET, que va a la alza.
En el caso de Monterrey, a raíz de los problemas en la red de abasto que causó la tormenta tropical Alberto, el incremento fue de un 100 por ciento en el mes de julio, y se lo que causó desabasto, principalmente en la zona metropolitana.
Todo esto se reflejó en una mayor recolección de envases para darles nuevo uso.
Esta incidencia advierte de la necesidad de tener un mes de julio sin envases pet. En ese sentido el Acuerdo Global para la Nueva Economía del Plástico, avalado en 2018 por la Fundación Ellen MacArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se ha vuelto un referente a nivel mundial para promover la circularidad de los plásticos, incluyendo el reciclaje como una medida para que el plástico nunca se convierta en contaminación.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el porcentaje de hogares mexicanos que compran agua embotellada ha aumentado significativamente en los últimos años alcanzando un 76.3% en 2017; el 69% considera que esta presentación es más saludable.
Este incremento subraya la creciente demanda de envases de PET debido a sus características de inocuidad, seguridad e higiene. (Fuente: Proyecto MOHOMA, INEGI 2017)
En las últimas décadas, el reciclaje en México ha experimentado un notable crecimiento y evolución, convirtiéndose en un pilar fundamental para la sustentabilidad ambiental y el desarrollo económico del país. Esta industria no solo ha generado empleos significativos, sino que también ha sentado las bases para una economía circular más robusta y responsable.
Este crecimiento no es fortuito, sino resultado de un plan estructurado y compromisos claros alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. El Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, firmado hace casi cuatro años en el Senado de la República, es un claro ejemplo de esta estrategia bien definida. Este acuerdo, único en su tipo por ser voluntario y contar con respaldo legislativo, establece metas ambiciosas para la reducción y el reciclaje de plásticos, además de monitorear periódicamente su cumplimiento
Cabe mencionar que este instrumento voluntario está basado en el Acuerdo Global para la Nueva Economía del Plástico, avalado en 2018 por la Fundación Ellen MacArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual se ha vuelto un referente a nivel mundial para promover la circularidad de los plásticos, incluyendo el reciclaje como una medida para que el plástico nunca se convierta en contaminación.
La inversión en infraestructura también ha sido fundamental para el éxito del reciclaje en México. Un claro ejemplo es el Polietileno Tereftalato, también conocido por sus siglas, PET, en el que en los últimos años se ha invertido más de 700 millones de dólares en la construcción de instalaciones para su acopio y tratamiento. Esta infraestructura no solo facilita la recolección y el reciclaje eficiente de materiales, sino que también asegura que estos se reintegren de manera segura y efectiva a la cadena de valor.
En el caso del Estado de nuevo León, datos proporcionados por el gobierno del estado señalan que se cuentan con instalaciones para reciclaje con capacidad para 1800 toneladas al año, equivalentes a 811 millones de botellas de PET.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el porcentaje de hogares mexicanos que compran agua embotellada ha aumentado significativamente en los últimos años alcanzando un 76.3% en 2017; el 69% considera que esta presentación es más saludable.
Este incremento subraya la creciente demanda de envases de PET debido a sus características de inocuidad, seguridad e higiene. (Fuente: Proyecto MOHOMA, INEGI 2017)
Entre las ventajas distintivas del PET frente a otros materiales como el vidrio o el aluminio, se destaca su eficiencia en términos de energía y recursos. Durante su fabricación, el PET requiere hasta cinco veces menos energía y utiliza un 53% menos de agua en comparación con materiales alternativos. Además, su ligereza contribuye a reducir el consumo de combustible durante su transporte, mientras que emite hasta diez veces menos dióxido de carbono (CO2) durante todo su ciclo de vida.
En términos de resultados concretos, el reciclaje de envases PET ha mostrado un crecimiento notable. Actualmente, se recupera el 63% del material que es enviado al mercado, con 26 plantas recicladoras operativas en todo el país. Esta capacidad instalada no solo cumple con las metas establecidas para 2025, sino que también posiciona a México como líder en América Latina en términos de recuperación y reciclaje de dicho producto.
Otro de los aspectos destacados del éxito del reciclaje en México, es el impacto positivo en el empleo. Actualmente, la industria del reciclaje de envases y empaques genera aproximadamente 70,000 empleos directos e indirectos. Este número no solo subraya la importancia económica del sector, sino también su contribución al bienestar social al ofrecer oportunidades laborales en diversas regiones del país.
Un aspecto crucial del avance en este rubro, es la colaboración entre industria, gobierno y sociedad civil. Juntos, han implementado medidas para mejorar la recolección y el tratamiento de envases y empaques, promoviendo la adopción de nuevos materiales diseñados para ser más ligeros, higiénicos y cumplir con normativas internacionales rigurosas.
En conclusión, el reciclaje en México es un verdadero éxito que combina desarrollo económico con responsabilidad ambiental. A través de iniciativas como el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico y la inversión en infraestructura, el país ha demostrado su compromiso con un futuro sostenible. Sin duda, el reciclaje seguirá desempeñando un papel crucial en la transformación hacia una economía circular, promoviendo el uso eficiente de recursos y asegurando un entorno más limpio y saludable para las generaciones futuras.