‘Amores incompletos’ surge del impulso de buscar respuestas a través de la ausencia

El realizador, acompañado de Alejandro Camacho (quien aparece a la derecha), Edwarda Gurrola, Hoze Meléndez y Leonardo Flores. Foto cortesía de Gilberto González

Amores incompletos, la más reciente película de Gilberto González, es una obra surgida de la fascinación que tiene el director por la manera en que las personas se arraigan a hábitos y costumbres en etapas avanzadas de la vida. “Creo que es más difícil sacarlos de su cotidianidad, como que ya están acostumbrados a ciertas rutinas, cierta monotonía y, según mi teoría, entre más grande, es más difícil volver a empezar, es más difícil vivir cambios que una persona joven”, explicó en entrevista.

La cinta tiene como protagonista a José, un hombre en su sesentena que un día descubre las infidelidades de su esposa recién fallecida. Interpretado por el actor Alejandro Camacho, decide emprender un viaje para buscar las respuestas que su pareja ya no le puede dar en quienes fueron sus amantes. “El primer impulso que tuve para escribir esta historia fue la búsqueda de respuestas a través de la ausencia. ¿Qué pasa si no tienes a la persona con la cual estuviste tanto tiempo, y te engaña, y no está frente a ti para charlar, contestar?”, reflexionó González.

Como una forma de atender la inquietud su protagonista, el realizador lo hace a través de los personajes con los que José se encuentra a lo largo de su duelo. Junto a Alejandro Camacho, aparecen Patricia Bernal, Silverio Palacios, Manuel Landeta, Edwarda Gurrola y Johanna Murillo. “Si esta película tiene un acierto es que todos los que acompañan a Alejandro son grandes actores y hacen los personajes de una forma muy acertada, como el caso de Johanna. Ella hizo un personaje hermoso, sutil, doloroso y a la vez con mucha fuerza”, detalló.

La actriz interpreta a Lupe, una mecánica del norte del país con una personalidad fuerte. “Lo que siempre me gustó de abordar a alguien con estas características es que nos resuena a todos, porque todos tenemos un tío, un primo, un papá o un hermano, que es necio, que no se sale de su zona de confort, que no se cuestiona su vida, que le gustan las tradiciones, que sus dinámicas con las que ha vivido muchos años y no se sale de ahí. Y de repente la vida, eso es inminente, te confronta aunque no quieras. Te va a tocar porque la vida es mística, tiene sus preguntas y no hay manera de escapar a ello”, explicó Murillo.

“No me quería engolosinar”

Para Johanna, acostumbrada a desempeñar papeles femeninos situados en contextos sociales acomodados o con un tono distinto, el de Lupe también le permitió ampliar su registro como actriz. “No hay nada que me guste más que tener personajes distintos”, admitió. Sin embargo, esa labor también implicó una responsabilidad que tuvo que resolver junto al director, además de recibir asesoría de colegas. “No me quería engolosinar y de pronto por sentirme en un personaje tan alejado, acabar haciendo una caricatura. Hablé mucho con Gil, lo estuvimos peloteando mucho por dónde abordarlo y siempre me sentí muy segura de las decisiones que tomábamos”, refirió.

Con Amores incompletos, el cineasta quería retratar un aspecto común en la cotidianidad actual de muchas personas. “Hay muchos Josés en la vida, creo que es un retrato muy cercano a gente de esa edad”, señaló Gilberto González. De manera que en la película se toca también una cuestión de los nuevos comienzos. “No hablo de perdón, pero él es el que al final reconoce qué errores tuvo y no juzga al otro. Creo que eso es muy importante, reconocer en uno qué equivocaciones hay, y es lo que hace José”. Aun con eso en mente, más que un drama, el director buscaba un tono cálido, casi de comedia para su largometraje.

Murillo coincide con el cineasta sobre su propuesta de transformar aspectos personales a partir de sucesos en la vida de alguien. “Me encanta ver que la idea que tenías ya armada en el cerebro se te desconfigura, te cambia, y una vez más te amplifica la mirada, la perspectiva de las cosas, y no hay error en ello. Siempre va a ganar vivir una experiencia así, a pesar de ser un momento en el que haya mucho dolor”, sostuvo.

Otro tema que destaca Johanna de la cinta es la intimidad personal. “La individualidad es algo bien bonito que toca Amores incompletos. Por más que compartas la vida con alguien, todos somos seres individuales que tenemos un mundo interior que nadie más conoce. Entonces, eso también es muy hermoso, de repente ir descubriendo cosas de alguien que tú jurabas que conocías al ciento por ciento, y no”, agregó Murillo.

La cinta, cuya premisa podría parecer contradictoria o confusa, tiene también una intención de abordar las particularidades personales desde una dimensión amplia. “Los seres humanos somos complejos, misteriosos, y creo que lo interesante de aquí es cómo la vida puede darte una sorpresa que no tenía prevista y de qué forma la abordas, lo que para todos puede ser distinto”, concluyó González.

Amores incompletos se estrenará mañana en salas comerciales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *