Ejército reitera subordinación al presidente tras caso Cienfuegos

El secretario de la Defensa externó su obediencia al presidente luego de señalamientos por posibles presiones al gobierno tras la detención en EU del exmando militar.

 

El Ejército y la Fuerza Área Mexicana están subordinados al poder civil, encabezado por el presidente, por mandato constitucional pero sobre todo por convicción, enfatizó esta mañana el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval.

“Es evidente que no anhelamos ningún poder porque nuestra razón de ser está alejada de pretensiones políticas o de otro tipo… porque el poder supremo de la Federación se divide en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, porque dependemos del Ejecutivo, a cuya autoridad nos subordinamos por ley y por la decisión democrática del pueblo de México, pero, sobre todo, por convicción”, dijo el general secretario.

Apenas unos dos días antes, el gobierno presumió el regreso del extitular de la Sedena Salvador Cienfuegos, detenido en Estados Unidos, en medio de cuestionamientos sobre presiones al gobierno federal desde el interior de las Fuerzas Armadas.

Durante su conferencia mañanera el miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado al respecto, pero en una primera instancia ignoró la pregunta, mientras que al segundo intento respondió “no, no, no admitimos presiones de nadie”.

En el evento para conmemorar el 110 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, celebrado en la Plaza de la República, el líder militar además defendió la participación del Ejército en los proyectos de desarrollo del país y recordó que forman parte de su misión por ley.

“Con esa subordinación al poder civil cumplimos las funciones generales que tenemos asignadas y trabajamos en proyectos prioritarios encaminados al desarrollo de nuestro país sin que ello signifique perder nuestra naturaleza y razón de ser”, señaló Sandoval en su mensaje en el encuentro, en el que participó el propio mandatario federal.

El Ejército está participando en la construcción de obras de infraestructura como los Bancos del Bienestar, el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía o el Tren Maya, obras que la iniciativa privada ha reprochado por cerrar oportunidades para dar empleos en el sector de la construcción.

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