Grecia repele a migrantes con gas lacrimógeno en frontera con Turquía

La policía griega lanzó gas lacrimógeno y granadas aturdidoras para rechazar un intento de migrantes de cruzar la frontera terrestre desde Turquía.

Kastanies, Grecia, 4 Mar. 2020.- Las autoridades griegas emplearon gas lacrimógeno y granadas aturdidoras el miércoles por la mañana para rechazar un intento de migrantes de cruzar la frontera terrestre desde Turquía, mientras continuaba la presión en su frontera después de que Turquía dijera que abría su lado de la cerca a todo el que quisiera cruzar a Europa.

Los choques se produjeron cerca del pueblo fronterizo de Kastanies, junto a una cerca que cubría buena parte de la linde no señalada por el río Evros.

Turquía cumplió la semana pasada su amenaza de abrir sus fronteras a Europa. La decisión del presidente, Recep Tayyip Erdogan, provocó días de choques violentos y escenas de caos en la frontera terrestre, donde se han congregado miles de migrantes y refugiados.

Cientos de personas han navegado desde la costa turca a las islas griegas en endebles embarcaciones. Un niño murió esta semana cuando la lancha de goma en la que viajaba naufragó en la costa de la isla griega de Lesbos.

Atenas calificó la situación de amenaza directa a la seguridad nacional y ha impuesto medidas de emergencia para hacer deportaciones rápidas y congelar las solicitudes de asilo durante un mes. Varios migrantes dijeron haber sido devueltos a Turquía inmediatamente tras cruzar la frontera.

La crisis coincide con una ofensiva del gobierno sirio respaldada por Rusia sobre la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, donde combaten tropas turcas.

La campaña siria ha matado a decenas de soldados turcos y desplazado a casi un millón de civiles sirios hacia la blindada frontera turca. Sin embargo, Oleg Zhuravlev, responsable del centro de coordinación militar ruso en Siria, dijo el martes que las afirmaciones sobre una crisis humanitaria en Idlib eran falsas.

Zhuravlev dijo que las autoridades turcas estaban “pastoreando” a unos 130.000 refugiados, que estaban en campos temporales cerca de la frontera entre Turquía y Siria, hacia la frontera con Grecia.

El gobierno griego dijo que la policía turca estaba lanzando gas lacrimógeno contra la frontera griega y las fuerzas de seguridad que la vigilaban, y difundió un video que según dijo respaldaba su afirmación.

Por su parte, Ankara acusó a Grecia de maltratar a los refugiados.

“Grecia trata horriblemente a los refugiados y después se voltea para culpar a Turquía”, tuiteó el martes por la noche Fahrettin Altun, director de comunicaciones de la presidencia turca. “Esta es la clase de doble moral e hipocresía a la que nos hemos acostumbrado durante los años. ¡El país que acaba de suspender la protección temporal y lanzado gases lacrimógenos contra los migrantes no tiene ninguna autoridad moral!”.

Entre tanto, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, tenía previsto reunirse el miércoles con Erdogan en Ankara, mientras que el vicepresidente de la UE, Josep Borrell, y el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, se reunirían con el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay.

Altos cargos de la UE, incluyendo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitaron el martes la zona fronteriza con el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, que dijo que Turquía “ha animado y asistido de forma sistemática a decenas de miles de refugiados y migrantes para que entren de forma ilegal en Grecia”.

Las autoridades griegas estimaron que el miércoles había unas 15.000 personas a lo largo de la frontera con Grecia. En las 24 horas hasta el miércoles por la mañana, señalaron, se habían frustrado 27.832 intentos de cruzar la frontera, y 220 personas que lograron pasar fueron detenidas.

Von del Leyen expresó su apoyo a Grecia, señalando que la línea no era solo una frontera nacional, sino también una exterior para la UE. Las personas que intentaban cruzar, señaló, habían sido “atraídas con falsas promesas a esta situación desesperada”.

Ankara ha recibido duras críticas de algunos países europeos.

“El presidente Erdogan está utilizando a la gente como un balón político de fútbol, como arma y herramienta de presión sobre la Unión Europea”, dijo el martes el canciller austriaco, Sebastian Kurz.

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