Yesica Nery y la lucha económica de la campeona del boxeo
Yesica Nery Plata, Boxeadora profesional. Foto: ©Paco Gramontti / Forbes México
Para la campeona mundial minimosca del CMB y de la AMB su mayor lucha es la económico y el reconocimiento como mujer deportista
Yesica Nery Plata conoció el box cuando era una niña de cinco años de edad y asegura que fue amor a primera vista. “Me enamoré completamente”, recuerda, y de inmediato le pidió a su padre que la entrenara, sin embargo, él no quería. “Me decía: es un deporte muy fuerte, no es para ti, pero al final de cuentas siempre me ha apoyado y hasta la fecha ha sido mi entrenador”, dice la boxeadora.
Su persistencia fue tal que su papá le compró unos guantes y comenzó a entrenarla. “Y diario que llegaba mi papá a casa, siempre me entrenaba y de ahí empezó”, cuenta sobre su orígen en el boxeo.
Hoy, su pelea más difícil ha sido la económica. “Mi familia es humilde y, a veces, había para comer o para comprarme unos guantes o para seguir entrenando. Eran las veces que ya quieres tirar la toalla porque tocas puertas y nadie te apoya, [nadie te dice] eres buena y lo vas a lograr, no ha existido eso en mi carrera”, explica.
Lo que ha hecho que se mantenga hasta el último round es su esfuerzo en conjunto con su familia, su hermano, pero especialmente su papá, hoy, Yesica es una promesa del box y una mujer poderosa al convertirse en la campeona mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Pero esta lucha por encontrar el mismo reconocimiento deportivo y tener los mismos sueldos no es una batalla solo de Yesica, sino de todas las mujeres deportistas. “Competitividad tenemos y hemos dado buenos resultados (las mujeres en el ámbito deportivo), ha habido grandes jugadoras. La desigualdad en los sueldos es un factor principal. Nosotras como boxeadoras estamos luchando porque nos esforzamos, yo creo que al doble que un hombre, (pero ellos ganan más). Un boxeador de mi nivel se está llevando 100 pesos y yo me estoy llevando uno”, asegura.
La mayor lección que ha aprendido durante estos años es que nada es imposible. “A pesar de las adversidades que me enfrenté, lo he logrado y lo estoy logrando. Desde niña te ves con este sueño de ser campeona del mundo, pero al caminar, te vas encontrando con piedras, la gente que se te acerca y dice: no vas a poder, pero les demostré que sí y me siento muy orgullosa y muy contenta de mí por seguir adelante”, dice.
La campeona está segura de que las mujeres no son el sexo débil y le dice a todas las mujeres que si tienes un sueño, deben pelear por él sin importar las adversidades. Además, para ella, la mente es lo que hace a una mujer poderosa. “Muchas veces nos metemos lo que nos dice la misma sociedad, inclusive hasta nuestra propia familia, en México hay mucho machismo y se dice: tú por ser mujer tienes que quedarte en casa a atender a tu marido y de ahí ya no puedes hacer nada. Yo creo que no, está en ti creértela de que lo puedes lograr”, dice.
Aunque tiene un objetivo claro: ser campeona indiscutida, sabe que su sueño nunca ha sido ser reconocida, “(ni) tener muchos cinturones, sino ser ejemplo para los niños y para los jóvenes que digan: miren a la campeona, yo quiero ser algún día como ella”.