Luego de ser sometido, el sábado pasado, a una segunda cirugía de urgencia en el Hospital Universitario, debido a la detección de una fuga de secreciones intestinales como secuela de la primera operación, ahora su estado es crítico.
“Los médicos detectaron que una de las grapas que unían los intestinos o la parte del intestino que le fue seccionada, presentaba una fuga. Esto es muy grave”, dijo García Pérez, abogado del ex gobernador.
“Fue clasificado como paciente de alto riesgo, hay un equipo médico 24 horas atendiéndolo por su estado delicado de salud; esto tendrá que estar así en las próximas 72 horas, porque tienen que estar 24 horas vigilando su estado”, añadió.
Durante este tiempo, explicó el abogado, el ex gobernador no podrá ingerir alimento sólido, por lo que le fue colocada una sonda que va por la nariz hacia el estómago mediante la cual recibe el alimento.
García Pérez dijo que el proceso de recuperación, para que pueda volver a ingerir alimento por sí solo sería de seis a ocho semanas.
El abogado de la defensa, culpó a las autoridades de minimizar el estado de salud de el exmandatario y no darle atención oportuna.
“Desde un inicio le solicitamos a la autoridad que atendiera su estado de salud, muchas veces éste fue minimizado pensando que se trataba de una estrategia legal, sin embargo, ahora que vemos las consecuencias queda muy claro que no es ninguna estrategia legal.
“Esto es consecuencia muy grave, sobre todo de las autoridades penitenciarias que de manera unilateral, lo trasladaron al Hospital Universitario y no al hospital privado donde el juez determinó que él fuera atendido”, puntualizó.