En defensa del Parque Nacional Cumbres de Monterrey…
RAÚL A. RUBIO CANO
Ante el Cambio Climático, hoy más que nunca el Parque Nacional Cumbres de Monterrey (PNCM) se convierte en un baluarte imprescindible para la sobrevivencia de más de 4 millones de habaitantes del área metropolitana. Es nuestro tanque de oxigeno, moderador de temperaturas, ordeñador de huracanes, capturador de millones de toneladas de carbón y polvos tóxicos muy diversos, procedentes de fuentes contaminantes locales y de otras latitudes como el este y sureste norteamericano y hasta de las arenas del Sahara o de China (todo detectado por la información satelital que nos brinda Internet) y, el PNCM es proveedor del 70 por ciento del agua que consumimos; por lo tanto: son criminales y traidores a la Patria, quienes atenten contra este sistema montañosa que nos fue otorgado por el presidente Lázaro Cárdenas en 1939, como un bien público y para nada, como un botín de desarrolladores inmobiliarios. Insistimos, es un mega pulmón y gran fábrica de agua, pero sus dimensiones originales ante el crecimiento de la mancha urbana ya han sido afectadas y actualmente sus 177 mil 395 hectáreas (Ver: Reporte Índigo, 3/11/2019), las están devorando los municipios de Monterrey con el 63%, Santiago 17%, Montemorelos 10%, Santa Catarina 4%, Allende 3%, San Pedro Garza García 3%. Todo un proceso de brutalidad ambiental, que en los últimos 36 años de Neoliberalismo rapaz, los saqueadores de la vida y destructores mortales de ecosistemas se dieron gusto afectando al PNCM. Hoy, con la llegada de AMLO y la Cuarta Transformación, están aterrorizados, por lo que les espera con la aplicación y sanciones respectivas de nuestra Constitución, Acuerdos internacionales contra el Cambio Climático y Leyes específicas en defensa de la vida de hombres y Naturaleza. Por eso, las 25 hectáreas del Grupo Omega ligado a Carza, las sacaron en las últimas horas del sexenio de Peña Nieto (29 /11/2018) para que se les autorizara un desarrollo inmobiliario ante la SEMARNAT, cuyo delegado era Plácido González Salinas (Reporte Índigo 10/5/2019). -Recordemos que Plácido es un acérrimo priista, hijo de quien fuera chofer del general Bonifacio Salinas y que ello, le permitió construir magnánima fortuna en tierras-, en fin, las 25 hectáreas en cuestión colindan con el Parque La Estanzuela y sus escurrimientos, surten de agua al arroyo de donde en 1908 el gobernador Bernardo Reyes las entubara para dotar a través del tanque de la Independencia, a la metropolitana ciudad de Monterrey; otra parte, abastece al Río La Silla, un río vivo. Si bien, esas 25 hectáreas, colindan con La Estanzuela, una parte de ellas queda dentro de las delimitaciones del PNCM, según nos informó el arquitecto Helios Albalate y que fuera Subsecretario de Desarrollo Urbano en el gobierno de Fernando Canales y que participó en dicha delimitación. Por lo tanto, por más permisos truculentos y condiciones a guardar que les hayan dado dependencia federales al grupo Omega y Carza para urbanizar esa zona vital, el Artículo 27 Constitucional ampara al pueblo de Nuevo León para que ello no suceda y que se expropie en todo caso esos terrenos. Ya hay demanda de ciudadanos y organismos a CONAGUA en esa línea y, la indignación de más de 105 mil personas en Change.org ¡Órale!raurubio@gmail.com